miércoles, enero 07, 2009

Las pruebas filosóficas de la existencia de Dios


Daniel Iglesias Grèzes

Estimado C.:

En un escrito titulado Elementos de Teología Natural, publicado en Fe y Razón, he presentado y comentado sintéticamente las pruebas clásicas de la existencia de Dios, vale decir las “cinco vías” de Santo Tomás de Aquino.

Si lees ese escrito, podrás ver que la quinta vía permite concluir que la Causa Primera o el Ser Necesario es un Ser Inteligentísimo. Dicho telegráficamente, Dios no puede ser menos que nosotros, por lo cual no puede ser impersonal (aunque puede ser "supra-personal", en cierto sentido).

Que la existencia de Dios no es evidente no lo dijo sólo San Agustín, sino también Santo Tomás de Aquino. Salvando las enormes distancias, también yo he repetido lo mismo en mi escrito antes citado.

La validez de las pruebas de la existencia de Dios no depende de su aceptación universal. Por la naturaleza del asunto, en la decisión de aceptar o no la validez de las mismas intervienen también factores de orden moral. Se dice que “no hay peor ciego que el que no quiere ver” y esto nunca es más cierto que en este caso.

Que el universo tenga o no tenga un origen temporal no afecta en absoluto la validez de las cinco vías. La serie de causas que no puede ser infinita es una serie de causas actuales (no sucesivas), subordinadas las unas a las otras. En mi escrito he considerado la hipótesis que tú propones de una cadena circular de causas y la he refutado. Es absurda porque viola el principio de no-contradicción.

Todo ente tiene una razón de ser, pero hay dos clases de entes: los que tienen en sí mismos su propia razón de ser (entes incausados) y los que la tienen en otro ente (su causa). Las cinco vías de Tomás de Aquino parten del dato experimental de que hay entes causados y demuestran la existencia de un Ser Incausado, que llamamos "Dios". Luego Tomás desarrolla un conjunto de argumentos para demostrar los atributos divinos de este Ser Incausado.

Si partimos de la hipótesis de que el ente S no tiene en sí mismo su razón de ser y es por tanto causado, y luego explicamos su ser mediante una serie circular de causas, entonces resulta que S es causa del ser de S, por lo cual tiene en sí mismo su propia razón de ser, contra la hipótesis de partida. Pero no puede ser que S tenga en sí mismo su razón de ser y que no la tenga, porque eso es contradictorio. Dicho de otro modo: si la razón de ser de S es S' y la razón de ser de S' es S" y la razón de ser de S" es S, entonces la razón de ser de S es S, es decir que S tiene en sí mismo su razón de ser. Como esto es precisamente lo contrario de lo supuesto al principio, es absurdo.

En cuanto al origen temporal del universo, es un dato claro de la fe cristiana: "En el principio creó Dios el cielo y la tierra" (Génesis 1,1) significa que el universo no es eterno, sino que tuvo un comienzo temporal. De todos modos, hoy es más difícil que nunca sostener la eternidad del mundo, porque no sólo la Revelación judeo-cristiana la niega, sino que la misma ciencia parece excluirla. Lo que parecía natural en una visión estática del mundo se ha vuelto casi insostenible en la actual visión dinámica (evolutiva) del mundo.

Por otra parte, si defines "universo" como el conjunto de todo lo que es, incluyendo a Dios, es obvio que ese "universo" es eterno. Pero ésa no es la definición habitual y tiende a confundir dos cosas muy distintas: Dios eterno y el universo (en el sentido corriente) creado por Dios.

La fe no es una prueba de que Dios existe. Es la adhesión total de una persona a la Palabra de Dios que se nos revela en Cristo. Es confianza plena en Alguien que sabemos (racionalmente) que existe y que no puede engañarse ni engañarnos.

Recuerda que el punto de partida de las vías es que existe un ente S contingente, por ende causado, por lo tanto carente de razón de ser en sí mismo. Entonces tenemos que buscar su razón de ser, para explicar por qué existe en vez de no existir. Por el principio de causalidad, S debe tener una causa, que le da su razón de ser. Pero se trata de una causa actual, no pasada. No estamos buscando una sucesión de causas históricas sucesivas (algo así como una genealogía) sino una causa o sucesión de causas actuales, que existen ahora y ahora mismo dan su razón de ser a S.

Por otra parte, lo que podríamos llamar propiedad transitiva de la causalidad es evidente: Si A es causa de B y B es causa de C, A es causa de C (¡son causas actuales!). Si B no se explica por sí mismo, no puede ser la explicación última de C y entonces tengo que seguir buscando la razón de ser de C en A y así sucesivamente.

Definiendo el concepto de “causa” como lo definimos, es absurdo que un ente sea causa de sí mismo, porque entonces tendría que tener en sí mismo su razón de ser y a la vez no tenerla. Es lo que explico más detalladamente en mi artículo ¿Quién creó a Dios?, publicado en Fe y Razón.

Si por "inverificable" entendemos "inverificable por medio de la ciencia experimental", es claro que la existencia de Dios es inverificable, en ese sentido. La ciencia experimental excluye metodológicamente los aspectos espirituales y trascendentes de la realidad. No es de extrañar que, al cabo de su largo esfuerzo, un científico no encuentre directamente en su ciencia aquello que ha excluido de ella desde un principio; pero esto no significa que Dios sea racionalmente incognoscible. Para demostrar la tesis positivista de que Dios es racionalmente incognoscible habría que demostrar que el único conocimiento válido es el de las ciencias experimentales. Este postulado es uno de los talones de Aquiles del positivismo, porque ninguna ciencia particular demuestra que sólo existe el conocimiento de las ciencias particulares. Ésa es una afirmación filosófica, más aún, metafísica. No podemos escapar a la metafísica. Todos somos más o menos metafísicos. Algunos lo somos conscientemente y otros lo son inconscientemente. La forma peor y más peligrosa de hacer metafísica es hacerla inconscientemente, como tantos positivistas.

Un saludo cordial de
Daniel Iglesias

(Este artículo resume ocho mensajes que envié a C. –un venezolano- a través del Foro de Religión de Starmedia del 30 de enero al 9 de febrero de 2002).

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